¿EXISTEN 100.000.000 DE CREACIONISTAS EN LOS EE.UU.?

Por James Riley

En junio de 2019, Gallup publicó su encuesta más reciente sobre las actitudes del público respecto a la evolución y la creación en los Estados Unidos. Según su encuesta, el 40% de la muestra de la población de EE.UU. eran creacionistas. Es decir, cuando se les preguntó: “¿Cuál de las siguientes afirmaciones se acerca más a su opinión sobre el origen y desarrollo de los seres humanos?” El 40% de los encuestados seleccionó que “Dios creó a los seres humanos casi como los conocemos hoy en día, en un momento dado alrededor de los últimos 10.000 años”. Así que para ser más específicos, la cifra del 40% no es solo para los creacionistas, sino más bien para los creacionistas de “tierras jóvenes” (siglas en inglés YEC), aquellos que rechazan tanto la evolución como un proceso y que la vida ha existido durante miles de millones de años. Si aplicamos el porcentaje de Gallup al total de la población adulta de los EE.UU., obtenemos una cifra de 101.552.772 YECs (1).

El sondeo de Gallup sobre los creacionistas en aproximadamente el 40% del territorio de los EE.UU. se ha mantenido relativamente estable en las últimas décadas. Como puede verse en la Figura 1, desde 1983 el porcentaje ha fluctuado entre el 38% y el 47%.

Figure 1 (Source: Gallup)

No obstante, hay problemas para aceptar dichas cifras de forma no crítica. Estos tipos de mediciones de encuestas están bien para darnos una idea de las tendencias generales de creencias o disposiciones, pero no se sustentan demasiado bien para decirnos lo que las personas realmente creen. La forma en la que hacemos preguntas sobre la evolución, sobre Dios y sobre la creación puede alterar radicalmente el número de creacionistas generados por una encuesta, denominados quizás con mayor exactitud “creacionistas de encuesta”. En este artículo, analizo algunas cuestiones conceptuales relacionadas con la medición de las actitudes hacia la evolución y la creación, y los problemas que surgen si tomamos los resultados al pie de la letra.

Instrumentos contundentes y el tema de Dios

Como hemos visto, la reciente encuesta de Gallup produjo una cifra estimada de 101,5 millones de YECs adultos de EE.UU., sin embargo, al profundizar más veremos la gran influencia que tiene la forma en la que se estructura la pregunta. Como han señalado los investigadores de Pew, las preguntas ramificadas sobre los orígenes humanos generan resultados diferentes a los enfoques de una sola pregunta. Si observamos la parte izquierda de la Figura 2 ubicada a continuación (que utiliza datos de 2018), podemos ver que en el enfoque de dos pasos de Pew a la gente se le pregunta inicialmente si: a) los humanos han evolucionado, o b) siempre han existido en su forma actual; y luego, si los encuestados eligen la opción de la evolución, se les pregunta posteriormente sobre el papel de Dios en ese proceso. Utilizando este enfoque en dos etapas, solo el 31% de la muestra estadounidense de Pew pasó a seleccionar la opción creacionista. Por otro lado, cuando se les preguntó sobre su opinión empleando el enfoque de una sola pregunta (la parte derecha de la Figura 2), así como si la evolución ha tenido lugar además del papel de Dios en ese proceso, el 18% seleccionó la opción creacionista. Una discrepancia del 13% solo por cambiar la estructura de la pregunta en relación con el papel de Dios.

Figure 2 (Source: Pew)

La diferencia entre el enfoque de dos pasos de Pew y el enfoque de una sola pregunta indica que al responder a esas preguntas, los individuos están en parte revelando algo sobre su identidad, no solo declarando una creencia rígida. El enfoque en dos etapas (en la parte izquierda de la Figura 2) no menciona a Dios en la primera etapa de la pregunta —”Los seres humanos han evolucionado con el tiempo”— , lo que hace que los individuos religiosos que ven esto como una opción atea se inclinen hacia la opción creacionista como una forma de defender o señalar su identidad religiosa.

Obsérvese que las encuestas de Pew produjeron cifras más bajas de creacionistas (31% y 18%) que la anterior encuesta de Gallup (40%). Yo diría que, dada la naturaleza destacada de los debates sobre evolución-creación en los EE.UU., la inclusión de la palabra “Dios” en la formulación de la pregunta sirve en cierta medida como atracción para las personas que desean señalar su identidad religiosa e indicar su creencia en el papel de Dios en la creación. La medida contundente del creacionismo de Pew no menciona a Dios, soIo indica que “Los humanos han existido en su forma actual desde el principio de los tiempos”, mientras que su opción de evolución teísta sí menciona a Dios. Por lo tanto, las personas que deseen señalar su creencia en el papel de Dios en la creación pueden ser más propensas a elegir la opción que otorga a Dios un papel creacionista. Esto quizás explica la cifra más baja de creacionistas en las medidas de Pew comparada con las de Gallup (y el nivel más alto de Pew de los Evolucionistas Teístas), ya que la opción creacionista de Gallup establece explícitamente el papel de Dios, mientras que la de Pew no lo hace.

Otro aspecto que se debe resaltar sobre las diferencias entre las medidas de Pew y Gallup, es que Gallup especifica una escala de tiempo para el creacionismo (“…alrededor de los últimos 10.000 años “) mientras que Pew no especifica una escala de tiempo (“…en su forma actual desde el principio de los tiempos”). Por lo que, además de la ausencia de la actuación de Dios en la creación, podríamos interpretar especulativamente los niveles más bajos de creacionistas encontrados en la encuesta de Pew como resultado de que los YEC no están satisfechos de que no se especifique una edad joven para la tierra. Sin embargo, la falta de encuestados (<1%) que seleccionan la opción “Otra visión” advierte contra esta interpretación, pero los resultados no nos permiten realizar un análisis tan minucioso. Aquí radica el verdadero problema con este tipo de medidas, que llamaremos a partir de aquí “medidas contundentes”. Si bien pueden darnos una idea de las tendencias a lo largo del tiempo, debemos ser cautelosos a la hora de ver estos porcentajes de forma aislada. Estas medidas contundentes reúnen grupos de propuestas y suposiciones en tres posiciones de creencia claramente delimitadas e idealizadas. De hecho, estas versiones idealizadas puede que no resuenen con la población en general.

Para reforzar este punto de vista, hay que hacer algunos cálculos más. Anteriormente mencioné que la extrapolación de los resultados de la reciente encuesta de Gallup a la población adulta de EE.UU. arroja una cifra de 101,5 millones de creacionistas de tierras jóvenes en EE.UU. (40%). El enfoque de dos pasos de Pew, que estableció un 31% de creacionistas, supondría una cifra de 78.703.398 creacionistas adultos en los Estados Unidos. Al emplear la medida del enfoque de una sola pregunta de Pew, con el 18% seleccionando la opción creacionista, nos da un total de 45.698.747 creacionistas adultos. La diferencia entre la cifra de Gallup y la cifra más baja de Pew es de aproximadamente 56 millones de personas, un poco más que el total de las poblaciones de los estados de Florida, Nueva York y Pennsylvania juntos. Eso son muchos menos creacionistas.

Debemos reconocer que el número de creacionistas producido por una encuesta depende de factores como la redacción y la estructura, y por tanto, difiere en cierta medida del número real de creacionistas en un país determinado.

¿Medidas más precisas, resultados más precisos?

Hay cuestiones más profundas relacionadas con estas medidas de encuesta, más allá de la forma en la que se incluye a Dios en la pregunta. Veamos con mayor profundidad lo que significan estas medidas contundentes de actitudes, y lo que presuponen de las personas que las eligen.

Al volver a la encuesta de Gallup de 2019, que produjo la cifra del 40% de YEC, podemos ver que hay tres opciones distintivas:

que hay tres opciones distintivas:

  1. Dios creó a los seres humanos casi como los conocemos hoy en día, en un momento dado alrededor de los últimos 10.000 años;
  2. Los seres humanos han ido evolucionando durante millones de años a partir de formas de vida menos avanzadas, pero Dios guió este proceso;
  3. Los seres humanos se han desarrollado durante millones de años a partir de formas de vida menos avanzadas, pero Dios no influyó en este proceso.

La postura (1) puede identificarse fácilmente como YEC, dado que niega tanto el cambio evolutivo como el tiempo que los humanos han estado en el planeta. Sin embargo, las posturas (2) y (3) en ocasiones son etiquetadas como evolución teísta y evolución atea. Esto supone un problema, ya que como indican los datos de Gallup (Figura 3), hay personas que se identifican con una religión en las tres categorías. Por el contrario, el 22% de los individuos que seleccionaron la postura (2) “Evolución guiada por Dios”, y el 14% de los individuos que optaron por la opción (1) “YEC”, no tenían religión. Así que en lugar de pensar en las opciones (2) y (3) como evolución teísta y atea, opino que es mejor entenderlas como versiones teístas y naturalistas de la evolución.

Como se mencionó anteriormente, uno de los problemas de estas medidas es que combinan numerosas propuestas en meta-categorías idealizadas de posturas de creencia. Por ejemplo, la opción del YEC de Gallup dice: “1) Dios creó a los seres humanos casi como los conocemos hoy en día, en un momento dado alrededor de los últimos 10.000 años.” Al seleccionar esta opción, parece que el individuo cree que “Dios creó a los humanos”, “la especie humana nunca ha cambiado” y “la creación ocurrió hace muy poco tiempo”. La medida única agrupa todas estas propuestas, y no permite que surja ningún matiz de creencias.

Figure 4: (Fuente: USA Today)

Además de estas posiciones generalizadas, cuando los medios de comunicación recogen el supuesto porcentaje de creacionistas, se hacen otras suposiciones (a menudo cristiano-céntricas) sobre estos “creacionistas de encuesta”. Suposiciones como la creencia en Adán y Eva, la coexistencia de los primeros humanos y dinosaurios, o que la creación ocurrió en siete días de 24 horas. En realidad, la cobertura de los medios de comunicación a menudo asigna a estos “creacionistas de encuesta” las mismas creencias y el mismo fervor que los creacionistas profesionales de alto perfil, como Ken Ham. En este artículo de USA Today se puede ver un ejemplo de esto, que utiliza los resultados de la encuesta de Gallup para enmarcar una noticia sobre una protesta creacionista contra la construcción de una estatua de Clarence Darrow, el adversario pro-evolución en el histórico Juicio del Mono de Scopes en Dayton en 1925. El artículo del periódico también incluye una foto de la recreación de Ken Ham del Arca de Noé.

Ken Ham es un arquetipo de YEC evangélico, que claramente posee una visión del mundo formalizada en la que cree con certeza. Su organización, “Respuestas en el Génesis”, establece los principios básicos de su visión creacionista del mundo de la siguiente manera:

Dios creó “los cielos y la tierra” completamente formados y en funcionamiento en seis días, hace 6.000 años, alrededor del 4004 AC. El contexto del Génesis 1, así como otros lugares de las Sagradas Escrituras, dejan claro que estos días eran días ordinarios de 24 horas. La creación original de Dios era perfecta, sin muerte ni sufrimiento.

Respuestas en el Génesis

En la noticia del USA Today, la yuxtaposición entre el Arca de Ken Ham y la protesta creacionista contra la estatua de Clarence Darrow, con el sondeo de opinión pública de los “creacionistas de encuesta”, hace a suponer que estamos tratando con el mismo “creacionismo”. Es evidente la paridad entre los grupos anti-evolucionistas y el gran porcentaje de “creacionistas de encuesta” que emergen de los sondeos de opinión. Sin embargo, los individuos que marcan la opción creacionista en una encuesta de Gallup o Pew, ¿tienen realmente las mismas creencias, con la misma certeza y fervor, que un activista declarado como Ken Ham?

Las medidas contundentes de Gallup y Pew que se han debatido hasta ahora suponen que la gente tiene posturas formalizadas, en las que creen con certeza, que están bien empaquetadas y son mutuamente excluyentes. En los últimos años, sin embargo, ha habido esfuerzos encomiables para construir medidas más precisas de las creencias de la gente. El sociólogo cuantitativo Jonathan Hill ha desmontado los diversos componentes y propuestas de un tipo ideal de creacionismo, para evaluar mejor su prevalencia real en los Estados Unidos. En su estudio de 2014, en lugar de pedir a los participantes que seleccionaran de entre tres narrativas de orígenes mutuamente excluyentes, Hill hizo varias preguntas relacionadas con la evolución de los humanos y la participación de Dios, y reconstruyó las categorías de ‘Creacionismo’, ‘Evolución Teísta’ y ‘Evolución Atea’. Partiendo de la definición más amplia de creacionismo, rechazando la evolución humana y la creencia en la implicación de Dios en los orígenes de los humanos, Hill comprobó que el 37% de los encuestados podían ser clasificados como creacionistas. Esta cifra es ligeramente inferior a las medidas de Gallup, sin embargo, curiosamente, Hill también permitió a los participantes decir cuán seguras eran sus creencias, algo que no se hace en las medidas contundentes de Gallup. Cuando solo se consideraron aquellos que dijeron estar “muy” o “absolutamente” seguros de sus puntos de vista, esta cifra se redujo al 29%.

Sin embargo, Hill fue un paso más allá, al no solo preguntar sobre las creencias de los participantes en relación con la evolución y Dios, sino que también preguntó sobre una serie de creencias que pertenecen a una versión idealizada de YEC, incluyendo lo siguiente:

  1. los humanos no evolucionaron de otras especies;
  2. Dios estuvo involucrado en la creación de los humanos;
  3. Dios creó de forma directa y milagrosa;
  4. Adán y Eva fueron figuras históricas;
  5. los días de la creación fueron literalmente días de veinticuatro horas;
  6. los humanos empezaron a existir en los últimos 10.000 años. (Hill, 2014)

Al considerar solo a aquellos que estaban de acuerdo con las seis propuestas anteriores, Hill descubrió que solo el 8% de la población de los Estados Unidos muestreada podía ser considerada YEC utilizando esta definición más restrictiva. Hill comenta en su estudio que:

Muchos creacionistas simplemente no están seguros de si los días de la creación fueron literales, y están especialmente inseguros sobre cuándo los humanos llegaron a existir por primera vez. Muchos americanos seleccionarán un punto de vista creacionista de la “Young Earth” (Tierra Joven) cuando se les presente como un paquete con otras creencias de las que estén más seguros, pero no muchos son capaces de afirmar claramente la postura completa cuando se desmonta en sus componentes. (Hill, 2014: 9)

Si empleamos la cifra de Hill del 8% de individuos que están de acuerdo con todas las propuestas que podemos combinar en una versión idealizada de YEC, tal como la propugnan figuras como Ken Ham, se puede extrapolar una estimación algo más precisa de los niveles de este tipo de YEC en los Estados Unidos. Utilizando esta medida más precisa de creacionismo, obtenemos la cifra de 20.310.554 YEC adultos en los Estados Unidos. Una diferencia abismal con respecto a la cifra de 101,5 millones proyectada por la reciente encuesta de Gallup con la que empezamos, una diferencia similar a la de toda la población de Alemania.

Creencias con certeza

Al leer medidas contundentes del estilo de Gallup, las posturas claramente delimitadas y las cifras categóricas producidas pueden llevar a pensar que las actitudes públicas sobre los orígenes humanos son claras, nítidas y definidas. Sin embargo, las medidas contundentes no nos dicen la certeza con la que se sostienen estos puntos de vista. En un intento por evaluar mejor las creencias de los norteamericanos con respecto a Dios, la evolución y la creación, la socióloga Elaine Ecklund y sus colegas desarrollaron una forma novedosa de medir las opiniones públicas. En lugar de ofrecer al público una medida contundente, con tres opciones mutuamente excluyentes (creacionismo, evolución teísta y evolución naturalista), Ecklund ofreció al público seis narraciones relacionadas con la creación y la evolución (Figura 5 a continuación).

Figure 5 (Ecklund and Scheitle, Religion Vs Science)

No obstante, a diferencia de las encuestas de Gallup y Pew, en las que los participantes deben elegir solamente una de tres opciones, a los participantes de la encuesta de Ecklund et al. se les permitió seleccionar tantas narrativas de creación-evolución como desearan. Además, se pidió a los participantes que indicaran en qué medida creían que cada narrativa era “probablemente” o “definitivamente” verdadera o falsa. Esto permitió a los investigadores presentar un cuadro mucho más detallado y flexible que el que se había presentado anteriormente, con medidas rígidas y contundentes, sobre las actitudes hacia la evolución y la creación.

¿Cuál es la imagen que se desprende de este estudio más innovador de las actitudes ante la evolución? Curiosamente, la incertidumbre fue la respuesta más popular en toda la muestra, con un 57,5% de los participantes diciendo que ninguna de las seis narrativas era “definitivamente verdadera”. Un 16% de todos los encuestados dijo que más de una narrativa era “definitivamente verdadera”, destacando que las actitudes públicas no encajan necesariamente en las categorías claras y exclusivas del investigador. Esto deja al 26,5% de la muestra que dijo que solo una de las narrativas era “definitivamente verdadera”. De estos individuos, el creacionismo fue la narrativa más popular, con un 43,3% del 25,5% que seleccionó esta opción. Así, de todos los encuestados en el estudio de Ecklund y otros, el 11% creía que el creacionismo era única y definitivamente cierto. Una vez más, esto marca una gran diferencia en comparación con el 40% de los titulares con los que comenzamos este artículo. Haciendo algunos cálculos rápidos, esta cifra del 11% nos da un total de 27.927.012 creacionistas seguros y convencidos en los Estados Unidos.

Entonces, ¿cuál es la cifra real? ¿Y qué nos dicen estas encuestas?

Puede ser alarmante cuando oímos que el 40% de la población de los EE.UU. es YEC. Cuestiona mucho de lo que creemos sobre las sociedades modernas y científicamente avanzadas. Lleva a especulaciones y suposiciones: ¿cómo pueden pensar más de 100 millones de estadounidenses que Adán y Eva caminaron con dinosaurios? No obstante, espero que esta breve visión general de los temas conceptuales implicados en la medición de las actitudes hacia la evolución haya advertido que debemos ser cautelosos al leer tales cifras, y ser cuidadosos al extrapolar la esencia de las creencias de las personas a partir de tales cifras generales. La forma en la que se hacen las preguntas cambia la cantidad de ‘creacionistas de encuesta’ encontrados. Y aunque las medidas contundentes son útiles para seguir las tendencias a lo largo del tiempo, no debemos confundir esto con una cifra real del número de creacionistas en un país. De hecho, ninguna de las cifras que he presentado en este artículo, incluso aquellas presentadas por medidas más contundentes, debe ser vista como la cifra correcta de forma aislada. Las creencias, al igual que las personas, son a menudo ambiguas.

Como han sostenido recientemente los sociólogos Tom Kaden, Stephen Jones y Rebecca Catto, seguir midiendo la opinión pública utilizando etiquetas como YEC y Diseño Inteligente, con las que gran parte de la población no está directamente alineada, puede dar lugar de forma involuntaria a la legitimación de grupos cuyo objetivo central es el reconocimiento público con fines políticos, como la influencia en la política educativa. En términos más generales, la continua aceptación sin crítica de los niveles de los “creacionistas de encuesta” sirve para reforzar los programas de los grupos de defensa explícitamente anti-evolucionistas, que, a espaldas de estas figuras, parecen más influyentes de lo que realmente son. Esto no es una crítica a Gallup o Pew, que son muy conscientes de las dificultades de medir las actitudes en esta área. Más bien es una llamada a ser conscientes de que estas encuestas indican tendencias de disposiciones, no cifras absolutas de la prevalencia de creencias formalizadas. Si acaso, la verdadera tendencia discernible en las actitudes estadounidenses hacia la evolución a partir de estas encuestas es el aumento de personas que eligen la opción de la evolución naturalista, que ha aumentado más del doble, del 9% en 1982 al 22% en 2019. Por lo tanto, 100 millones de norteamericanos no son “YEC”, pero la reproducción no crítica de las cifras “creacionistas de encuesta” contribuye a reforzar la legitimidad y los argumentos de la pequeña proporción que sí lo es.

James Riley es investigador postdoctoral de la Universidad de Birmingham.

Está interesado en la interrelación entre la ciencia y la sociedad, tiene formación en comunicación científica y en la comprensión pública de la ciencia. Si deseas saber más consulta su perfil de investigación.

Le puedes encontrar en Twitter: @JamesIRiley

Esta publicación fue traducida al español del texto original en inglés. Si lee algún error o desea darnos su opinión sobre esta traducción, contáctenos aquí: https://scienceandbeliefinsociety.org/contact-us/